Kassia D'Angelo

por **Kassia D'Angelo** Miér Jul 28, 2010 6:28 pm

Nombre completo: Kassia Destefanis I si'zigos.

Fecha de nacimiento: 800 a.C

Fecha de conversión: 780 a.C

Raza: Demonio.

Descripción psicológica: ¿Algo tiene importancia para Kassia? Ya te anuncio que no, en realidad para ella pocas cosas son dignas de su atención pero eso no implica que sea una amargada, en realidad uno se sorprende de la facilidad con las que sus labios carnosos se estiran en fáciles sonrisas, la mayoría burlonas, claro. Pocas cosas son capaces de sorprenderla a estas alturas de la vida en las que se halla hundida en una absoluta monotonía que rompe de cualquier manera posible ya que para ella el aburrimiento es el peor castigo que pueda existir para un ser como ella. Goza de un retorcido y manipulador sentido del humor, a veces por no decir siempre, a la gente le cuesta comprenderlo pero eso la señorita D'Angelo se lo pasa por sus partes pudorosas, ni más ni menos. Cuando se propone algo, lo consigue, si o si, por las buenas o por las malas, limpiamente o haciendo trampas, ¿qué más da mientras se obtenga? Habitualmente suelta todo por su boquita de piñón y es difícil por no decir imposible que algo o alguien le intimide y mucho menos que se sienta amenazada, pocos casos se han dado de ello realmente. Juega con las personas a su antojo y velando siempre por sus intereses como una verdadera campeona y si te hace pensar otra cosa... bueno, miente. Lo más probable es que haga todo lo que sea por llevar a alguien la contraria. Es la viva imagen de la independencia, solo se necesita a ella misma para sobrevivir aunque claro, si se encapricha de una persona... digamos suavemente que es lo más posesivo que te puedes echar la cara, lo que es suyo, es suyo, ni más ni menos. Tiene una virtud y cien defectos, puede que alguna cualidad buena escondida por ahí pero vamos, mucha paciencia habría que tener para que ella se digne a mostrarlo.

Descripción física/foto: Kassia es una mujer de larga cabellera castaña de tonos cobrizos, habitualmente lo lleva suelto, cayendo con marcadas ondulaciones por su espalda. Los mechones enmarcan un rostro angelical de ensueño sino fuese por sus ojos que desmienten cualquier inocencia en ella. Cejas graciosamente arqueadas en una constante provocación, largas y abundantes pestañas que rodean unos grandes ojos castaños que se diluyen suavemente en un color verde donde siempre hay una chispa maliciosa y burlona. Sus facciones son femeninas y delicadas, la hacen parecer una muñeca de porcelana. Algunas imperceptibles pecas salpican sus mejillas, más disimuladas aún en su piel de color canela. Su cuerpo esta hecho para el pecado, sinuosas curvas firmes y en los sitios y lugares apropiados, completamente desarrollada y bien proporcionada. Su altura rondara por el 1,70 o por ahí, alrededor.

Manías/fobias: Tiene tendencia a arquear una ceja de manera escéptica ante todo. En todo caso tendría pavor a envejecer... uy, si no lo hace

Historia: La vida humana de Kassia tiene lugar en Dydimos, antigua Grecia. Fue educada mayoritariamente por su madre en las tareas de la casa, el castigo de los esclavos y el imponer órdenes por doquier, en realidad lo que trataban de enseñarle era como ser una buena esposa, ni más ni menos. A los doce años se la consideró lo suficiente mayor como para ser casada y que la edad habitual rondaba por ahí. Al ser su padre un político no le faltaron propuestas además de que era una muchacha bonita. Se sintió como un objeto vendido al mejor postor cuando se unió en mantrimonio a un hombre ya de avanzada edad y fortuna, sin duda el tipo de marido que escogería su padre para ella. De todas formas, el matrimonio no era como ahora y si bien a una mujer se la apedreaba por infidelidad el hombre tenía pleno derecho de mantener una amante, concubina o quien sabe que cosas más... ahí es cuando Kassia comenzó a cambiar. Cierto que no soportaba directamente al que era todo un anciano marido a sus ojos pero igualmente el hecho de que le fuese infiel a pesar de que era lo habitual en la época, Kassia no lo toleró. Alrededor de los veinte años, Kassia terminó con aquello de una forma simple y eficaz, asesinó a su marido y se convierte en una feliz y vivaracha viuda que levantaba alguna que otra sospecha pero como también hacen en este tiempo, todos sabían algo, pocos se trevían a decir nada debido a la posición elevada de la mujer y el hecho de haber encontrado el cuerpo lejos de la casa familiar. Fue devuelta a la casa de su padre donde fue bien recibida entre lágrimas y palabras consoladoras a pesar de que ella no las necesitaba. Para ser una mujer inferior a cualquier hombre todo le estaba saliendo bastante bien. No volvió a casarse, en lugar de eso se dedicó a que los hombres cayeran en el adulterio convirtiéndose en una amante bonita de cara que les daba lo que quisieran de su cuerpo a cambio de que la manteniesen cerca de sus hogares.
Se podía decir que se lo había montado bastante bien pero un día se la encontró asesinada en su propia casa, muchos dicen que fue un ataque pasional de uno de sus amantes, de todas formas nunca se descubrió y ella acabó muerta...
El infierno. Bueno, sí, que remedio, seguramente fuese lo que se merecía pero eso no implicaba que ella quisiese ir ahí además le costó lo suyo aceptar su nueva naturaleza por eso estuvo allí más tiempo del que le correspondía. De todas maneras, en cuanto asumió todo se puede decir que ella lo hizo a lo grande. Los siete pecados capitales se convirtieron en su ley de vida desde entonces y digamos que ya desde el principio prometía bastante con su actitud que rapidamente se transformó a una implacable y letal, descarada y airada. Habia encontrado su lugar y pronto el simple hecho de saberse demonio era algo que la enorgullecía.
Su primer destino fue aquel lugar donde la mataron, Dydimos. Habían pasado décadas desde su muerte por lo que nadie la reconocería y si bien siendo humana ya había sembrado el caos y he ido de boca en boca ahora mejor ni mencionarlo, arrasó y puede que también lo hiciera en el sentido literal de la palabra. Saber que todos sus familiares habían muerto no provocó nada en ella, con lo cual se concienció de que no había ni rastro de humanidad en su persona.
Más tarde fue cambiando su rumbo y abandonó Dydimos para marcharse hacia otros lugares. Alrededor del siglo XV en Italia cambio su apellido por el de D'Angelo, simple burla irónica que la chica quiso poner el práctica como mera provocación pero extrañamente mantuvo su nombre. Quizás nostalgia, quizás es que ya estaba acostumbrada a él... ¿quién sabe?